¿Rebelarse, revelarse o re-velarse?
¿Rebelarse, revelarse o re-velarse? por El Niño Viejo
Notas preliminares para la Re-velación de Diciembre de 2001
El siglo XX fue el siglo de las Revoluciones, en China, Cuba y Rusia, por citar algunos casos. A grandes rasgos puede decirse que aquellas revoluciones, mas alla del carácter violento y salvaje con que pretendian ser tildadas por sus enemigos, tenian ciertos principios. Es decir, los revolucionarios se rebelaban contra algo, porque creian en algo, opuesto generalmente a la ideología dominante. La revolución es netamente dialectica. Rebelarse es exponer los principios de uno, e intentar cambiar una situación opresora, una situación de desigualdad. Quien se rebela debe reconocer a este “Otro”, esta realidad objetiva que se le presenta. Será con un adolescente: “el mundo es un asco”, o una expresión mas acabada, y adulta: “No se puede seguir permitiendo la explotación de las clases dominantes hacia el proletariado”.
Repitiendo, a grandes rasgos esto caracteriza al carácter “rebelde”, o “revolucionario” en el siglo XX. Este carácter revolucionario implica de alguna manera, un juego entre sujeto y objeto. Este juego es bastante delicado, y corresponderia tratarlo mucho mejor. Pero puede resumirse y entenderse, donde quien se rebela debe tener causas para rebelarse, lo cual le dara un fundamento que será valido aunque sea para si mismo. Y a su vez, algo contra lo que rebelarse, un enemigo, algo con quien establecer una relación dialectica.
La pregunta que me surge es: ¿Hoy en día es realmente una “revolución” esto que antes entendiamos por revolucionario?. Mi respuesta es un rotundo: no. Evidentemente será iluso pretender que un alzamiento en armas no conlleva un proceso revolucionario. Aun así, la pregunta sería mas entendible si se formulara así: ¿Es revolucionario esto que entendemos por revolucionario?. La respuesta es la misma.
Hoy en día, lo que es visible; es pensable; se nos es dado a los sentidos; tiene causa, o principio y persigue ciertos fines; en definitiva, se acerca al ideal aseptico constituido por el occidentalismo no tiene ningun tipo de carácter revolucionario. Sin embargo, esto no debe preocuparnos.
En Argentina, el 19 y 20 de Diciembre, mas especificamente, en la Ciudad de Buenos Aires, se vivió lo que me atreveria a llamar una “Revolución del Siglo XXI”, quizas en una magnitud tan pequeña como lo son las dimensiones de la Plaza de Mayo para el país. ¿Qué caracteristicas diferencian este acontecimiento de otro tipo de “revolución”?. Mas alla de los enconados grupos de izquierda que pretenden reducir el fenomeno a algo meramente burgues, a pesar de que ellos también salieron a la calle en esos dias. Esta Revolución, no fue motivada por algo especifico, no perseguia algun objetivo claro, es mas, casi resulta dudoso el llamarla una “revolución”. Sin embargo, es innegable que el salir a la calle en pleno Estado de Sitio en la Ciudad, constituye un acto de rebeldia.
Pero, ya no debemos hablar en terminos de “rebelarse” con respecto a lo ocurrido el 19 y 20, sino de “re-velarse”, es decir volverse a poner el velo. Donde el enemigo es visible, tiene principios, causas, y persigue ciertos fines. El re-velarse constituye una verdadera revolución, inaugura un nuevo tipo de enemigo al orden social. La explosión de deseo, como llamó Esther Diaz estas fechas, es tal porque implica romper con las fronteras imaginarias que garantizaban la claridad en la mirada del poder. Cuando el pueblo se re-vela, pierde su identidad como pueblo, y su fuerza se multiplica x infinito.Ya no puede ser mas objeto de poder. El velo, el misterio cubre al viejo objeto que siempre se había garantizado claro, aunque a veces amenzante.
Notas preliminares para la Re-velación de Diciembre de 2001
El siglo XX fue el siglo de las Revoluciones, en China, Cuba y Rusia, por citar algunos casos. A grandes rasgos puede decirse que aquellas revoluciones, mas alla del carácter violento y salvaje con que pretendian ser tildadas por sus enemigos, tenian ciertos principios. Es decir, los revolucionarios se rebelaban contra algo, porque creian en algo, opuesto generalmente a la ideología dominante. La revolución es netamente dialectica. Rebelarse es exponer los principios de uno, e intentar cambiar una situación opresora, una situación de desigualdad. Quien se rebela debe reconocer a este “Otro”, esta realidad objetiva que se le presenta. Será con un adolescente: “el mundo es un asco”, o una expresión mas acabada, y adulta: “No se puede seguir permitiendo la explotación de las clases dominantes hacia el proletariado”.
Repitiendo, a grandes rasgos esto caracteriza al carácter “rebelde”, o “revolucionario” en el siglo XX. Este carácter revolucionario implica de alguna manera, un juego entre sujeto y objeto. Este juego es bastante delicado, y corresponderia tratarlo mucho mejor. Pero puede resumirse y entenderse, donde quien se rebela debe tener causas para rebelarse, lo cual le dara un fundamento que será valido aunque sea para si mismo. Y a su vez, algo contra lo que rebelarse, un enemigo, algo con quien establecer una relación dialectica.
La pregunta que me surge es: ¿Hoy en día es realmente una “revolución” esto que antes entendiamos por revolucionario?. Mi respuesta es un rotundo: no. Evidentemente será iluso pretender que un alzamiento en armas no conlleva un proceso revolucionario. Aun así, la pregunta sería mas entendible si se formulara así: ¿Es revolucionario esto que entendemos por revolucionario?. La respuesta es la misma.
Hoy en día, lo que es visible; es pensable; se nos es dado a los sentidos; tiene causa, o principio y persigue ciertos fines; en definitiva, se acerca al ideal aseptico constituido por el occidentalismo no tiene ningun tipo de carácter revolucionario. Sin embargo, esto no debe preocuparnos.
En Argentina, el 19 y 20 de Diciembre, mas especificamente, en la Ciudad de Buenos Aires, se vivió lo que me atreveria a llamar una “Revolución del Siglo XXI”, quizas en una magnitud tan pequeña como lo son las dimensiones de la Plaza de Mayo para el país. ¿Qué caracteristicas diferencian este acontecimiento de otro tipo de “revolución”?. Mas alla de los enconados grupos de izquierda que pretenden reducir el fenomeno a algo meramente burgues, a pesar de que ellos también salieron a la calle en esos dias. Esta Revolución, no fue motivada por algo especifico, no perseguia algun objetivo claro, es mas, casi resulta dudoso el llamarla una “revolución”. Sin embargo, es innegable que el salir a la calle en pleno Estado de Sitio en la Ciudad, constituye un acto de rebeldia.
Pero, ya no debemos hablar en terminos de “rebelarse” con respecto a lo ocurrido el 19 y 20, sino de “re-velarse”, es decir volverse a poner el velo. Donde el enemigo es visible, tiene principios, causas, y persigue ciertos fines. El re-velarse constituye una verdadera revolución, inaugura un nuevo tipo de enemigo al orden social. La explosión de deseo, como llamó Esther Diaz estas fechas, es tal porque implica romper con las fronteras imaginarias que garantizaban la claridad en la mirada del poder. Cuando el pueblo se re-vela, pierde su identidad como pueblo, y su fuerza se multiplica x infinito.Ya no puede ser mas objeto de poder. El velo, el misterio cubre al viejo objeto que siempre se había garantizado claro, aunque a veces amenzante.
Etiquetas: Ensayo
1 Comments:
Interesante su comentario. Sr. Niño Viejo, aunque debo tildar su ensayo de izquierdista y arribista.
Si Argentina no fuese un pozo pestilente de "librepensadores" como usted enseguidita la sociedad lo enderezaba.
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