sábado, octubre 28, 2006

Solidaridad, Alteridad y Distanciamiento

Solidaridad Alteridad y Distanciamiento por El Niño Viejo

Frecuentemente consideramos que ser solidario, implica identificarse con el otro, es decir, pensar al otro, pensar que haria si estuviese en el lugar del otro. Sobre esta cuestión es necesario sacar a la luz dos grandes operadores en este tipo de pensamiento: la identificación con el “otro” (o lo otro) que señalé antes, y un cierto “principio de distanciamiento” en la relación entre el yo y este “otro” o “lo otro” que se me suele representar como desvalido, o en una situación que no deseo para mi ni para nadie.

A partir de ahora, como ejemplo paradigmatico pondré al pobre, aquel que carece de dinero en el lugar del Otro con el que uno se identifica. De esta forma, la identificación con el otro podría ser la esencia de la solidaridad y la etica misma: el Yo se relaciona con el Otro, el cual preexiste a mi mismo, y resulta practicamente innegable. Aun así puedo cometer el sacrilego acto de negar o ignorar al Otro, lo cual llevaria por resultado salirme de todo lo Etico y moral, en la practica: una perversión.

Si queremos conocer esta perversión, donde empieza y donde termina, deberiamos definir que es el Otro, por lo tanto, la pregunta ¿Qué o quién es el otro? Parece ineludible. Nuestra manera de conocer a este otro es mediante la identificación con él, relacionandome, sino permaneceria ignorado, sumido en “mi” indiferencia. Sin embargo, esto no es suficiente, la relación con el otro no solo implica identificarse sino hacerlo abandonando todo egoismo, en el sentido de pensar que quisiera que hiciesen si yo fuera ese otro.

Este es justamente el meollo de la cuestión, el “quisiera” debe aparecer en tiempo futuro. Pero, ¿Es determinable este futuro, este quisiera? ¿Es posible conocer el bien supremo, asi como el futuro en este caso? Fernando Pessoa responde con un ejemplo muy claro: “Mientras caminaba por la calle me topé con un mendigo y no pude darle limosna pues no sabía si así realmente le estaba haciendo un bien o no”. La respuesta es negativa, sin embargo en nuestro afan de calcular todo, cada vez mas rápido, de forma mas veloz y con mayor seguridad y precisión definimos el futuro que no nos es conocido, del cual no tenemos el menor indicio. El Otro ya dado, es en definitiva el resultado, la cosa producida para introducir en esa imposibilidad de definir con total certeza, en ese encuentro con los misterios, con la inseguridad un calmante sobre el cual no solo aparece pre-fabricado sino, que también trae aparejado ciertas codificaciones, ciertos signos. Es sobre el Otro, donde todas las instituciones escriben sus discursos. Para la sociedad institucionalizada, la ciudad política, la etica es un compromiso con el otro, y así también un compromiso con el poder, con quienes escriben al Otro y lo definen.

La otra cuestión que quería tratar es ese cierto principio de distanciamiento que es tan evidente que pasa inadvertido. Esto ocurre por el dar por sentado el Yo y el Otro. Ambos son dos entes, dos personas separadas. Yo me encuentro con el otro, y me relaciono con él, identificandome. En esta relación tomo responsabilidad hacia el otro, y si, volviendo al caso que cite al principio, me encuentro con un pobre, esa responsabilidad se traduciria en el acto de no pasar indiferente: entregarle una moneda, o simplemente co-responderle.

La solidaridad, la identificación con el otro es perfecta para una sociedad, como la ciudad politica institucionalizada, con limites claros y precisos, donde la exclusión es la norma. El principio de distancia del que hable, se demuestra en el acto de entregar el dinero. El dinero no solo es el signo del poder, sino que como tal, se encuentra inmiscuido en practicamente todas las relaciones humanas de una u otra forma. ¿Pero, que es el Otro, el pobre sino en el sentido mismo de la pobreza carencia de dinero, carencia del signo del poder?. Aspiramos a una sociedad con mayor inclusión social, igualdad, donde el signo del poder o como suele llamarselo: distribucion de la riqueza no sea desigual. ¿No es esto una especie de mentira al cuadrado?. La razón de la exclusión es justamente el dinero, el signo del poder, cuando entregamos el dinero, realizamos un doble movimiento. Por un lado entregamos una porción de la gran torta del poder, y por otro lado, remarcamos su alteridad, su distancia, su exclusión. El otro se acerca, pero a la vez, se aleja.

Por otro lado, el dinero nos permite seguir nuestro camino. Nos relacionamos e identificamos con el otro, nos encontramos con el y nos sentimos responsables, con la entrega del dinero entregamos nuestra responsabilidad hacia él. La concluimos totalmente en el paradojico y ambiguo acto que a la vez que acerca a la inclusión, legitima las paredes de todas las instituciones, que son la razón, la linea divisoria en la fracción donde los excluidos siempre quedan abajo.

Antes señale que esta solidaridad era fundamental para nuestra ciudad politica institucionalizada, pero quizas no fui suficientemente claro. El fin de la identificacion es el fin de la responsabilidad. El otro no esta en todos lados, omnipresente, sino que es preciso pensar en el, como algo que no somos. De esta manera se posibilita una división, que es la razón de las instituciones, entre vida privada y publica. De esta manera puedo tener la consciencia tranquila de asistir a un paradigma de la exclusión como es la educación privada, mientras me indigne cuando alguien es indiferente o mezquino hacia el otro.

Para terminar, sería interesante resaltar hasta que punto nos hemos alejado de la etica en su sentido mas primitivo: del griego ethos residencia, o morada, lugar donde se habita. ¿Por qué este comentario? Porque señala el habitar un lugar comun, no relacionados unos y otros, sino en la mutua pertenencia entre todos los seres, resaltando en la mutua pertenencia, la pertenencia que nos caracteriza a todos entre todos. En este sentido, ethos habla de la responsabilidad que no acaba, inagotable y la simultanea libertad que ella implica.

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lunes, octubre 16, 2006

La Escuela Honrada

Informe Y Crónica Patafisica de una Escuela Honrada por el Niño Viejo

El deber me había llamado, por teléfono, claro, y casi no había sido un llamado, sino mas bien, un regaño. ¿Un Pata-informe (o Re-search para el lector bilingüe) sobre la calidad educativa en una escuela de la zona?.

En un principio, de gran claridad, sentí ganas de hacerlo, y a la vez, de quedarme en el laboratorio; pero, finalmente, apesadumbrado, y angustiado ante la confusión de tomar una decisión, partí guiado por una progresiva inercia hacia mi destino.

Tuve que sufrir un atasco en Córdoba y Beirut: dos manifestaciones en cada esquina me había empaquetado. Con 1 hora de retraso, llegué al Instituto Modelo Nuestra Señora (del Rosario) para realizar la inspección solicitada (el paréntesis se debe a que entre la “a” de la Señora y la “d” de “del” deber (iría) una palabra, la cual fue convenientemente olvidada por el escritor; como también este último se sorprendió por la carencia de la palabra “escuela” en el nombre de la escuela, puesto que el nombre no es: “Instituto Modelo Honrado”).

Antes de ingresar a la institución tuve la sorpresa de cruzarme con doña Azucena, apurada como siempre, que acudía a los labios de algún profesor que quería citar científicamente como ejemplo su nombre para designar el estereotipo de ama de casa (en un silencioso afán de superioridad intelectual) y que no llegó a percatarse de mi cansado saludo.

Poco después, ojerosamente, me propuse presentarme ante el Supremo Recto(R). Lo cual me recuerda al Dios egipcio si le agregásemos una A y un poco de femineidad. Antes que nada debí enseñarle mi Pata-carne-net acreditándome como Investigator en Patapsichys del Buenos Aires Institute, pues como pensé (acertadamente) todo el mundo valora a quien sabe seguir su rol y conoce su-misión en el mundo.

Hubo un momento de confusión, como siempre me sucede, pues no se si debo finalizar el comienzo de la presentación, o comenzar para finalizar la investigación, y aunque, como siempre me dicen mis queridos inferiores al leer mis anotaciones marginales del Pata-Informe, aquella cuestión tan decisiva en mi vida no era valorada en nada por la lógica.

Tuve que enfrentar dificultades en el comienzo de la “re-search”. Afortunadamente era hábil conocedor de las maniobras de aquellos seres que Cortazar supo nombrar como famas, pero yo, humildemente denominaré trajeados en el resto del informe. En este caso, aquel paradójico ser ya quería evadir compromisos antes de enfrentarse a ellos aludiendo la oscuridad de sus saberes (o para lectores Naive: su ignorancia). Sin embargo, solo tuve que poner un brazo en su hombro para hacer caer su velo de islámicas mentiras, y con un Rá-pido fru-fru, salimos juntos del armario (de sus oscuros saberes).

Los pasos caminaron lejos (como diría algún inspirado poeta), acompañándonos hasta llegar a una segunda puerta, que para mi fortuna era de “Toca madera; no pases por debajo de esa escalera”, y en este sentido, la canción de Serrat me ayudaría a terminar más rápidamente la investigación, incluso, más allá del pesar que las muecas del trajeado expresaban.

Miré incrédulo, matemáticamente ordenados, y descoloridamente abandonados a su turbante situación, una especie de célula de la Yihad Islámica se encontraba en ese mismo lugar de Buenos Aires. A punto de explotar, pensé en un principio, pero el cinismo del lugar me respondió cuando vi a otro trajeado como yo. Sus asientos, eran dignas maquinarias automáticas, por las cuales Schumacher no se habría sonrojado. Ordenados matemáticamente, allí, en ese lugar, los futuros suicidados esperaban y escuchaban las explicaciones del suicida mas experimentado del lugar, para aprender como ser “volados” (con eficacia y eficiencia, claro esta).

¡Qué Juventud con futuro! pensé, y una lagrima cayó por mi ojo derecho que palpitaba de la agonía provocada por tal fáustica visión. Ahorré dos pesos en estacionamiento, gracias a aquel revelador espectáculo.

Y tras un feliz portazo, abandoné el lugar rápidamente, saludando al trajeado y al Recto©, pues deberían encontrarse orgullosos de dejar ante los ojos de todos el elocuente espectáculo que nos entrega toda educación sin tapujos y con un verdadero sentido de deber y moralidad. Sentí algo así como vergüenza ajena, pero en este caso, orgullo ajeno, pues había tenido la fortuna de visitar una escuela muy honrada.

La escuela obviamente, había sido muy bien evaluada.

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domingo, octubre 15, 2006

Respondez!!

Respondez de Walt Whitman

¡Respondez! ¡Respondez!
(Terminó la guerra – se pagó el precio - se establecieron los títulos, y no hay vuelta atrás).
¡Que cada uno responda! ¡Que los que duermen, despierten! ¡Que nadie pretenda evadirse!
¿Debemos seguir fingiendo?
Permítanme poner fin a esto: me pronuncio abiertamente a favor de una nueva distribución de roles;
¡Que lo que estaba al frente, dé un paso atrás! ¡Y que lo que estaba atrás, pase al frente y hable!
¡Que los asesinos, intolerantes, imbéciles y mugrientos ofrezcan propuestas nuevas!
¡Que se pospongan las viejas propuestas!
¡Que se inviertan teorías y rostros! ¡Que tengan libertad criminal los significados, así como los resultados!
¡Que no haya sugerencia superior a la del trabajo pesado!
¡Que a nadie se le señale su destino!
¡Que se burlen con el cuerpo y con el alma a hombres y mujeres!
¡Que el amor que aguarda en ellos, allí aguarde! ¡Que muera, o nazca muerto en otros planos!
¡Que la compasión que aguarda en cada hombre, aguarde! ¡O que también pase, como una enana, a otros planos!
¡Que prevalezcan las contradicciones! ¡Que una cosa contradiga la otra!
¡Que la gente estire sus cuerpos, sus manos, sin sentido! ¡Que sus lenguas se quiebren! ¡Que sus ojos se desalienten! ¡Que la nada descienda en sus corazones con la exquisita frescura del amor!
¡Que aquellos que desconfían del nacimiento y de la muerte sigan conduciendo al resto!
¡Que los días sean más oscuros que las noches! ¡Que el sueño traiga menos sueño que la vigilia!
¡Que el corazón del joven se exilie del corazón del viejo! ¡Y que el corazón del viejo se exilie del corazón del hombre!
¡Que se vayan el sol y la luna! ¡Que el aplauso del público sea recibido por el decorado! ¡Que reine la apatía bajo las estrellas!
¡Que la libertad demuestre ser el derecho inalienable de nadie! ¡Que los que puedan tiranizar lo hagan a gusto!
¡Que los únicos tolerados sean los infieles!
¡Que se dé por sentada la prominencia de la mezquindad, la traición, el sarcasmo, el odio, la codicia, la impudicia, la impotencia y la lujuria! ¡Que la den por sentada los escritores, jueces, gobiernos, hogares, religiones y filosofías!
¡Que los peores hombres engendren hijos con las peores mujeres!
¡Que el cura siga jugando a la inmortalidad!
¡Que se inaugure la muerte!
¡Que no quede nada, salvo las cenizas de los maestros, artistas, moralistas, abogados, cultos y corteses!
¡Que la vaca, el caballo, el camello, las abejas, los peces, la langostas, los mejillones, las anguilas y todas las criaturas a ellas parecidas, estén en un perfecto pie de igualdad con el hombre y la mujer!
¡Que las iglesias reciban a las serpientes, las alimañas y los cadáveres de quienes hayan muerto de las más asquerosas enfermedades!
¡Que el matrimonio quede para los tontos, y sólo para ellos!
¡Que todos, sin excepción, seamos exhibidos en público, desnudos, cada mes, a riesgo de perder la vida! ¡Que nuestros cuerpos sean manipulados y revisados a gusto por quien así lo desee!
¡Que sólo se permita que existan sobre la faz de la tierra los ejemplares de segunda mano!
¡Que la tierra abandone a Dios, y que de aquí en adelante nunca más se mencione Su nombre!
¡Que haya dinero, negocios, importaciones, exportaciones, aduanas, autoridades, precedentes, palideces, procacidad, ignorancia, escepticismo!
¡Que se intercambien jueces y criminales! ¡Que los guardiacárceles sean encarcelados! ¡Que los que eran prisioneros tengan las llaves!
¡Que los esclavos sean amos! ¡Que los amos se conviertan en esclavos!
¡Que los reformistas se bajen de las tarimas desde las que siempre vociferan! ¡Que un idiota o un loco se alce en cada tarima!
¡Que no haya sabiduría pasada de moda! ¡Que se la desdeñe y expulse del planeta!
¡Que la nube del cielo, la ola del mar, la menta que crece, la espinaca, las cebollas, los tomates se exhiban en espectáculos y se cobre cara la entrada!
¡Que todos los hombres se hagan a un lado por unos pocos saqueadores! ¡Que esos pocos agarren lo que quieran! ¡Que el resto quede embobado, ría estúpidamente, muera de hambre, obedezca!
¡Que haya ciudades ricas, inmensas; pero que ni un solo poeta, redentor, erudito ni amante las recorra!
Si se encuentra a un hombre de fe: ¡que el resto lo ataque!
¡Que los predicadores reciten sus credos! ¡Que sigan enseñando sólo lo que les fue enseñado!
¡Que la locura siga estando a cargo de la cordura!
¡Que los libros ocupen el lugar de los árboles, los animales, los ríos y las nubes!
¡Que los retratos embadurnados de los héroes reemplacen a los héroes!
¡Que la hombría del hombre nunca tome medidas contra sí misma!
¡Que lo haga contra los eunucos, los tísicos, los gentiles!
¡Que el hombre blanco ponga nuevamente la bota sobre la cabeza del hombre negro!
¡Que el hombre busque placer en todos lados menos en él mismo!
¡Que la mujer busque felicidad en todos lados menos en ella misma! ¡Y que los limitados años de la vida no hagan nada por los ilimitados años de la muerte!

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